Era una noche de junio como cualquier otra. Todo en Nueva Orleans estaba cerrado, salvo aquel LLAS CLAB. Como cada velada, la banda comenzaba su repertorio al más puro estilo rythm & free. Eran las 11 en punto cuando aquel misterioso hombre de gabardina y sombrero hacía su discreta aparición. Y digo discreta por decir algo, pues no es sencillo pasar desapercibido cuando uno va esposado a un maletín.
Mafia, sospechas, pirotecnia, acción, mucha acción y mucha música en un espectáculo con un ritmo trepidante en un formato novedoso que mezcla la música y el teatro para transportar al espectador a una auténtica película de gangsters.
Caramuxo Vermello te transportará al Llas Clab de Nueva Orleans de 1930.