ANDRÉS ALBERTO GÓMEZ
Se inicia en el clave con los profesores del Conservatorio Italiano de París, Salvo Romeo y Patricio Pizarro, ampliando su formación a su vez con músicos como Jan Willen Jansen, Tony Millán, Yves Rechsteiner o Huguette Dreyfuss. Terminó sus estudios de clave y música antigua en el Real Conservatorio de La Haya (Holanda) como alumno de Jacques Ogg y en la Escuela Superior de Música de Cataluña, E.S.M.U.C. como alumno de Béatrice Martin, obteniendo matrícula de honor y felicitación del jurado. En el año 2002 fue finalista del concurso de Juventudes Musicales. Ha realizado grabaciones para la Radio Holandesa, la Radio-televisión Eslovena, WDR 3, Radio Cataluña, la Radio-televisión Polaca y los sellos ARSIS, PASSACAILLE, DYNAMIC, TAÑIDOS y VANITAS.
En las sonatas de Scarlatti se escuchan los ecos de L’Armonico Pratico al Cimbalo de Gasparini, la prosa de la melodía de Corelli, la tradición de los Partimenti napolitanos, el jolgorio de las calles sevillanas, la indolencia de los palacios madrileños, lo humilde, lo pretencioso, lo caduco y lo eterno.
Scarlatti manipula el sonido del clave para conseguir crear una ficción sonora que abstrae. Sus sonatas se desarrollan en un mundo ambivalente en el que lo bizarro de la vida urbana y lo ensoñador de la vida retirada en palacio conviven.
Scarlatti, María Bárbara y el clave
Notas al programa
Es indiscutible que la camaradería que fluyó entre Domenico Scarlatti y María Bárbara de Braganza estuvo siempre sustentada por la música, por el clavecín. Si verdaderamente María Bárbara pudo tocar al clave cualquiera de las sonatas es indudable que nos encontramos ante una verdadera virtuosa, mi opinión es que no debió de ser exactamente así. La princesa tenía bajo su servicio a Scarlatti como maestro de música, no solo para recibir sus enseñanzas sino también, y quizá sea lo más importante, para escucharle tocar el clave. Scarlatti al lado de Fernando y María Bárbara, unos príncipes tremendamente atraídos por el arte quienes incluso a veces acompañan a Farinelli desde el clave, lo tenía todo; instrumentos, tiempo, tranquilidad y aprecio por parte de sus mecenas, de su “amiga” María Bárbara. En el caso de que la princesa hubiera tenido esas tremendas dotes técnicas para tocar al clave las sonatas más complicadas, seguramente también se hubiera valido de esa destreza para componer algunas piezas, o al menos para que ese virtuosismo hubiera quedado plasmado en alguna crónica contemporánea, y no es el caso. “esta reina posee todos los primores de la música” es lo que apunta Feijoo en una de sus Cartas eruditas, y por “primores” se pueden entender muchas cosas.
Lo scherzo ingegnoso dell’arte
Domenico Scarlatti (1685-1757)
Sonata K 322 en La M
Sonata K 456 en La M
Sonata K 227 en si m
Sonata K 87 en si m
Sonata K 213 en Re M
Sonata K 472 en Sib M
Sonata K 370 en Mib M
Sonata K 253 en Mib M
Sonata K 58 en do m [fuga]
Sonata K 251 en do M
Sonata K 427 en sol M
Sonata K 30 en sol m [fuga]
Sonata K 366 en Fa M
Sonata K 463 en fa m
Sonata K234 en sol m
Sonata K 214 en Re M
Sonata K 67 en fa# m
Sonata K 262 en Si M