Una mujer se enfrenta a un mundo que quiere poseerla, una mujer se miente. Esa mujer no sabe aún que se encuentra atrapada entre sus propios fantasmas. Esa misma mujer repite sus movimientos, en una danza que quiere ser huída y no es más que un bucle. Una repetición ecolálica de la voz de otras mujeres.
Bruja ofrece un lenguaje potente y actual con el que alzar la voz y explorar sobre el papel sumiso y represor de la mujer hacia la mujer.
Es una pieza destinada a un público joven y adulto. Esta propuesta, además de entretener, provoca el espíritu crítico, ya que cuestiona tabúes y roles relacionados con la obediencia femenina. Anima a replantearse las desigualdades de género con el objetivo de erradicar dichos roles.